martes, 6 de septiembre de 2016

Charla de peluquería

Un señor estaba cortándose el pelo en una peluquería, días antes de hacer un viaje a Roma.
Le mencionó el viaje al peluquero, que le dijo:

- ¿A Roma… por qué alguien querría ir a Roma?... Siempre está lleno de italianos que apestan. Estás loco si vas a Roma… ¿Y en qué te vas a ir?

- Voy con Alitalia , - respondió - Aprovechamos una buena oferta.

- ¿Con Alitalia? - exclamó el peluquero. - ¡Esa mierda de aerolínea!... Sus aviones son viejos, siempre llegan tarde y sus azafatas son feas y antipáticas ¿Y dónde te vas a quedar en Roma?

- Vamos al Hotel Internacional Marriot.

- ¿Esa mierda de hotel? Todo el mundo sabe que es el peor hotel de la ciudad... Las habitaciones son pequeñas, el servicio es malo y encima es caro!... ¿Y qué vas a hacer cuando estés por allí?

- Voy a ir al Vaticano y espero ver al Papa.

- ¡Esta sí que es buena!, - se rió burlonamente el peluquero - Tú y un millón de personas más tratando de verlo. ¡Lo vas va a ver del tamaño de una hormiga!... Pero de todas maneras, te deseo mucha suerte en tu viaje. La vas a necesitar.


Pasó un mes y el hombre volvió para cortarse el pelo.

El peluquero le preguntó sobre su viaje a Roma.

- Fue maravilloso - explicó el tipo – No solamente llegamos a tiempo en uno de los aviones nuevos de Alitalia sino que, como había 'overbooking', nos pasaron a primera clase. La comida y el vino fueron deliciosos y tuvimos una azafata preciosa que nos atendió como dioses. Y el hotel, fue fantástico. Acababan de hacer una remodelación de 25 millones de dólares y ahora es el mejor hotel de Europa. Allí también había 'overbooking', de manera que se disculparon alojándonos en una suite … ¡sin cargos extras! –

- Bueno, - exclamó sin mucho entusiasmo el peluquero… - pero supongo que no pudiste ver al Papa?

- La verdad es que fuimos muy afortunados porque, mientras paseaba por el Vaticano, un guardia suizo me dio unos golpecitos en el hombro y me explicó que al Papa le gusta conocer personalmente a algunos visitantes. Me invitó cordialmente a seguirlo para llevarme a las habitaciones privadas del Santo Padre, donde en persona nos recibiría. Cinco minutos más tarde, el Papa entró por la puerta y estrechó mi mano... ¡Incluso me dirigió algunas palabras!

- ¿De verdad? - dijo el peluquero conmovido

- ¿Y qué te dijo?

Me dijo:

- "Hijo mío.... ¿dónde mierda te has cortado el pelo?"

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