Un gaucho que hacía añares no salía de su campo, tiene que viajar por primera vez a la capital, en bus de larga distancia y nocturno. Cuando sube queda asombrado de todo lo que ve: asientos que se hacen cama, televisor, baño y servicio de abordo.
Arranca y al poco rato la azafata le ofrece una almohadita para la cabeza, el hombre sorprendido sonríe y le agradece. Al rato le trae una frazada para la noche, el paisano vuelve a agradecer y aceptar sorprendido.
- ¿Un caramelo señor?
- ¡¡Sí m'hija, gracias!!
Al rato vuelve la chica:
- ¿Un cafecito señor?
- Pero sí, gracias...
A la noche la azafata le lleva una bandejita de catering y el hombre asombrado vuelve a agradecer.
- ¿Una gaseosa, señor?
- ¡¡Sí, cómo no!!
La azafata le trae la botellita de gaseosa y el paisano viejo empieza a tomar del pico.
- ¿Una pajita, señor?
- Nooo, m'hija gracias... ¡¡Ya culié antes de subir al colectivo!!!
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