Un
hombre entra a un bar y se dirige a un cliente:
- Hola,
buenas, ¿es suyo el perro que está atado ahí fuera?
- Si,
es mío, ¿por qué?
- Pues
porque mi gato lo ha matado.
- ¿Cómo?
¡Eso es imposible, si mi perro es un rottweiler gigantesco!
- Correcto...
y mi gato es hidráulico.
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