martes, 27 de junio de 2017

Volver a caminar

Por primera vez en mi vida, la semana pasada fui a una reunión de la tan criticada Iglesia Universal y compartí las prácticas y plegarias de los presentes.

De pronto, el Pastor se acercó al lugar donde yo estaba, me miró fijo y me señaló con el dedo. Piadosamente, me arrodillé y él puso sus manos sobre mi cabeza y exclamó con voz fuerte: "Você va caminhar."

Yo le contesté por lo bajo: "Pero no tengo ningún problema motriz".

Él ignoró mi respuesta y, casi gritando, volvió a exclamar: "¡Irmâo, você va caminhar!"

Toda la Asamblea, con las manos en alto, empezó a gritar: "¡Você va caminhar!"

Intenté nuevamente explicarle que no tenía ningún problema con mis miembros inferiores, pero fue en vano.

Él repetía cada vez más fuerte y con mayor energía: "¡¡¡Você va caminhar!!!", mientras la asamblea en trance gritaba aún más fuerte: "¡¡¡Hermano, você va caminhar!!!"

Opté por callarme y no dije más nada.

Cuando terminó el acto dejé la asamblea y, créanlo o no, el pastor tenía razón:

Me habían afanado el auto.

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