La esposa parada en una vereda le grita a su marido que está enfrente jugando al balompié.
- Amor, ganamos la lotería.
El marido deja de jugar, sale corriendo de la cancha y al cruzar la calle lo pisa un colectivo.
La Sra. mira lo que quedó de su marido y dice.
- ¡No hay nada que hacer cuando andás con suerte, andás con suerte!
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