El marido llega a su casa a las cuatro de la mañana, después de una
juerga, y se acerca sigilosamente a la cama. Toma el reloj y lo atrasa
cuatro horas, y empieza a desvestirse. Al sentirlo, la mujer se
despierta y le reclama:
"¿Qué horas de llegar? ¡Vago! ¡Parrandero!"
"¡Pero si son las 12! ¿Por qué me reclamas? En lugar de eso, deberías ser más considerada y traerme un vaso con agua".
La
mujer ve que efectivamente son las 12, y se levanta a traer el agua,
pero al llegar a la cocina ve en el reloj que son las cuatro y regresa a
la recámara hecha una fiera.
"¡Mentiroso, borracho! ¡Son las cuatro de la mañana!"
"¡Es cierto! ¿Cuatro horas para traerme un vaso de agua? ¿Dónde andabas, perdida?"
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