Entierro de un cardiólogo de renombre.
En el cementerio, en el momento del funeral de un cardiólogo muy conocido y de excelente reputación, luego del sermón y de la ceremonia de adiós, se abren las puertas del mausoleo y aparece un enorme corazón de 2 metros, que se abre para dejar entrar el féretro.
¡Qué hermoso símbolo de la destacada labor de este hombre!
En ese momento, uno de los presentes (que practica Maikiki-do!) comienza a reírse desaforadamente a casi llorar.
Los que se encuentran a su lado le dicen: - ¡Pero Señor, qué es lo que le hace reírse de esta manera!
El hombre les responde:
Pienso en mi funeral.....Soy ginecólogo...
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