domingo, 29 de enero de 2017

⁠⁠⁠Las secretarias de los médicos se creen doctoras

Siempre te preguntan cuando llegas a la consulta del médico la razón de tu visita, y tienes que contestar delante de otros y a veces, es muy desagradable.

No hay nada peor que una recepcionista que te pida que le digas qué te pasa en una sala de espera llena de pacientes.

Una vez entré a una consulta y me acerqué a la recepcionista - muy poco simpática - por cierto...

- ¡Buenos días, señorita!

La recepcionista me dijo:

- Buenos días, señor, ¿por qué quiere ver al Doctor?

- Tengo un problema con mi pene, contesté.

Como algunos se rieron, la recepcionista se irritó y me dijo:

- Usted no debería decir cosas como ésas delante de la gente.

- ¿Por qué no?... Usted me preguntó qué me pasaba y se lo dije.

La recepcionista - sonrojada - me dijo:

- Podría haber sido más discreto y decir, por ejemplo, que tenía irritado el oído, y discutir el problema con el doctor más tarde y en privado.

Yo le contesté:

- Y usted, no debería hacer preguntas delante de extraños, si la respuesta puede molestar.

Entonces, sonreí, salí y volví a entrar:

- ¡Buenos días, señorita!

La recepcionista se sonrió socarronamente y preguntó:

- ¿¿Sí??

- Tengo problemas con mi oído.

La recepcionista asintió y se sonrió, viendo que había seguido su consejo y me volvió a preguntar :

- Y… ¿qué le sucede a su oído, señor?

- Me arde al mear.

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