viernes, 20 de diciembre de 2013

Confusión



Un hombre que trabajaba en una fábrica de conservas le confiesa un día a su mujer que desde hacía un tiempo sentía unas ganas terribles de meter su pene a la cortadora de pepinos.  La mujer le dijo que tenía que ver a un psicólogo.  El tipo siguió hinchando con lo mismo todos los días.  Hasta que se pudrió la mujer y le dijo que meta su pene en la cortadora y se deje de joder.
Al día siguiente llega el ñato cabizbajo y abatido.  La mujer le pregunta:

- ¿Qué te pasó querido?

- ¿Te acordás de mi compulsión de meter el pene en la cortadora?

- ¿Oh no, no me digas que lo hiciste?

- Si, y me despidieron.

- ¿Te lastimó la cortadora?

- No, pero a ella también la despidieron.

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