La muerte de Juan Carlos
Juan Carlos era un antiguo funcionario en una cervecería.
Él era feliz en el trabajo, aunque su sueño era ser degustador de cerveza, bebida que tanto adoraba.
Cierta vez, trabajando en el turno de la noche, se cayó dentro de un barril de cerveza... Por la mañana, el guardia dio la triste noticia:
- Es con profundo sufrimiento que informo que Juan Carlos se desequilibró, se cayó en el barril de cerveza e infelizmente, murió ahogado en el barril de cerveza.
Un gran amigo de Juan Carlos, con la voz muy triste, pregunta:
- ¡Dios mío...! ¿será que él sufrió mucho?
El guardia respondió:
- Creo que no, porque, según las imágenes de la cámara de seguridad, él llegó a salir tres veces del barril para mear...
😂😂😂😂😂😂😂😂
🍺🍺🍺🍺🍺🍺🍺🍺🍺🍺🍺🍺🍺🍺🍺🍺
Aquí voy poniendo los chistines que voy recopilando día a día.
A mí me hicieron reír y quiero seguir la cadena del buen humor.
Todo tipo de humor a través de chistes, cuentos, especialmente cortos y al pie.
lunes, 16 de diciembre de 2019
domingo, 1 de diciembre de 2019
El cierre de la falda
Cuando el bus se detuvo para que subieran los pasajeros, una mujer se dio cuenta de que su falda era demasiado estrecha para permitirle dar el paso para ascender.
Algo avergonzada, le sonrió al conductor y llevó la mano hacia atrás y bajó un poco el cierre de la falda pensando que tal vez eso ayudaría.
Intentó subir, pero no pudo.
Sintiéndose todavía más avergonzada, bajó el cierre un poco más y volvió a intentar subir al bus, pero sin éxito.
Casi llorando de la vergüenza bajó del todo el cierre y de nuevo no pudo subir.
Entonces un tipo alto que estaba detrás de ella en la fila, la levantó por la cintura y la subió al bus.
Furiosa, ella se volvió hacia el buen samaritano y le gritó:
- ¿Cómo se atreve a tocarme? ¡Yo a usted no lo conozco!
El hombre, con una amplia sonrisa, dijo suavemente:
- Bueno, señora, yo normalmente no hago estas cosas; pero después de que usted me bajó tres veces la bragueta, pensé que ya éramos amigos.
🤣🤣🤣🤣🤣
Algo avergonzada, le sonrió al conductor y llevó la mano hacia atrás y bajó un poco el cierre de la falda pensando que tal vez eso ayudaría.
Intentó subir, pero no pudo.
Sintiéndose todavía más avergonzada, bajó el cierre un poco más y volvió a intentar subir al bus, pero sin éxito.
Casi llorando de la vergüenza bajó del todo el cierre y de nuevo no pudo subir.
Entonces un tipo alto que estaba detrás de ella en la fila, la levantó por la cintura y la subió al bus.
Furiosa, ella se volvió hacia el buen samaritano y le gritó:
- ¿Cómo se atreve a tocarme? ¡Yo a usted no lo conozco!
El hombre, con una amplia sonrisa, dijo suavemente:
- Bueno, señora, yo normalmente no hago estas cosas; pero después de que usted me bajó tres veces la bragueta, pensé que ya éramos amigos.
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